Apareció Ruth Miño: cómo fue el hallazgo
La encontraron -con una buena dosis de suerte- ayer a las 10:00 cerca de Baradero, junto a una familia que estaba pescando, a la que inicialmente se acercó para pedirle agua. Durante estos días, caminó por el campo gran cantidad de kilómetros, durmió en un establo, se alimentó con moras silvestres, y dijo que se dirigía ''a Córdoba''. Temía ser interceptada por la Policía, porque manifestó haber sido tratada muy mal en la Comisaría de la Mujer de Campana. Ya fue atendida en un hospital psiquiátrico, y se encuentra sana y salva junto a su familia.
Tras más de una semana desaparecida, finalmente este sábado a la mañana encontraron a Ruth Elizabeth Miño. La mujer de 44 años fue encontrada a las 10:00 en el rio Arrecifes y Ruta 9, cerca del casco urbano de Baradero.
El hallazgo se produjo de forma bastante fortuita: el subcomisario de Lima vive en San Nicolás, y yendo a tomar servicio creyó ver a una persona de las características de Ruth Miño. Fue hasta la zona junto a Alejandro y Flavio -hermanos de Ruth-, pero finalmente no era quien buscaban.
Pero regresando por la Ruta 9, a la vera del camino, vislumbraron a cuatro personas unos 150 metros más abajo: una familia de tres, y Ruth. Ésta se había acercado para pedirles agua, y se quedó ahí. ''No sabían qué hacer con ella'', comentó luego Alejandro, su hermano. En primera instancia, Ruth había dejado atrás a la familia, pero justo había regresado cuando el subcomisario y sus hermanos pasaban por ahí.
''Te encontré!'' le dijo Ruth a su hermano, como si ella lo hubiera encontrado a él. ''Yo voy para Córdoba -le dijo- ¿Me llevás?''. ''Sí, claro, ¿cómo no te voy a llevar?'' respondió Alejandro, que luego subió a Ruth a la camioneta de Flavio para llevarla a revisar a una salita, primero, y al Hospital Interzonal Doctor José Esteves, después, donde le brindaron su medicación para la esquizofrenia y donde actualmente está en observación.
Alejandro Miño quiso agradecer especialmente a Gustavo Maidana, Director de Relaciones con la Comunidad de la Municipalidad de Zárate, porque ''fue el primero que se movió, el que me hizo los contactos con todos'' y a Lidia ''China'' Biscarte, que ''junto a Maidana estuvo ayer en la Comisaria, rastrillando la zona, y haciendo cosas que una persona promedio solo haría por un hermano. Fueron de Campana a Lima, luego al campo, hablaron con el comisario, es decir, se comprometieron al máximo''.
Además, dijo que el subcomisario a cargo de la dependencia de Lima era ''un genio'' ya que ''nos acompañó en mi auto hasta Baradero'', y que gracias a él, aunque fuera de forma fortuita, se concretó el hallazgo: ''Nosotros ya estábamos yéndonos de la Comisaría para ir a la granja 4 y nos llaman. ''Vengan, vengan'', nos dice Patricio (Bracken). Y vino el subcomisario y nos comentó que había visto una mujer con pollera -como le habíamos descripto- que le llamó la atención porque salía de un campo. Lo loco es que esa mujer que él vio no era mi hermana, pero por esas cosas de la vida -quizás fue un ángel, una respuesta a nuestras oraciones- nos llevó en dirección a ella''.
En estos más de 7 días, Ruth caminó muchos kilómetros en condiciones muy precarias. Deambuló entre los campos, durmió en un establo, e incluso casi fue atacada por caballos. Luego manifestó haber dormido en un árbol -porque, dijo, ''estaba fresquito''-, en un pajonal, se alimentó de moras silvestres, y se clavo varias espinas en los pies.
Incluso en un momento Ruth fue interceptada por policías, que le pidieron su documento. Ella no los tenía. Y cuando le preguntaron su nombre decidió dar uno falso porque se había quedado atemorizada de la policía luego de que en la Comisaría de la Mujer de Campana la trataron tan mal. Según cuenta, alguien ''de negro'' le dijo allí que le iban a abrir una causa, que iba a quedar detenida y, lo más fuerte, ''vos merecerías estar muerta''.
Sobre su hijo, dijo que él en un momento le pidió agua, y como vio que no tenía ni eso para darle le dijo a una mujer si lo podía llevar con su papá. ''Ella quiso salvaguardar a su hijo, y la trataron como una delincuente que quiso venderlo'', explicó Alejandro, quien agregó luego que ''Ella se movía y se escapaba por los campos por miedo a ser encontrada por la Policía. Pensaba en su hijo permanentemente, y fue por lo primero que nos preguntó al encontrarla''.
Como cierre, Alejandro Miño agradeció también a Paola Garello -Delegada Regional de Zona Norte de la sub-secretaría de Derechos Humanos bonaerense, referente de H.I.J.O.S. Escobar-Zárate-Campana, y concejal electa del Frente de Todos de Campana-, al presidente de la asociación civil K-9 Francisco Gerber, y a Esteban Ferraris, director de Código Plural, ''por la ayuda y el compromiso prestado por todos ellos para lograr encontrar a mi hermana''.
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