Caos, demoras y enojos en el Hospital San José durante la vacunación a docentes
Múltiples testimonios aseguraron a Código Plural que debieron esperar hasta dos horas, al rayo del sol, y que no hubo controles de ningún tipo: no tomaron temperatura, no solicitaron ni DNI ni COULI, y no chequearon el cumplimiento de los 20 minutos de reposo post-vacunación. ''Cualquier persona que se hubiera anotado falsamente como docente, si iba ayer al hospital se iba con su vacuna'', explicaron desde la organización del Plan Vacunate!
La jornada de vacunación del personal docente campanense, llevada a cabo ayer martes en el Hospital Municipal San José, fue considerada unánimemente por sus protagonistas como caótica.
En primer lugar, todos los docentes con los que hemos hablado coincidieron en la falta absoluta de controles en una ''improvisada'' recepción: se solicitaba nombre, apellido y número de DNI. Pero no se pedía ni el DNI físico ni el Comprobante Único de LIquidaciones (COULI), el recibo de sueldo docente, dos ítems que sirven a los fines de confirmar la identidad de la persona y su cargo docente. Esto es necesario porque cuando uno se inscribe para vacunarse, vía web o a través de la app, puede hacerlo como ''docente'' sin realmente serlo. Es decir, uno podría mentir y superar la etapa de inscripción. Pero luego chocaría contra la barrera de la comprobación final: el DNI y el COULI serían los garantes de que se está inoculando verdaderamente a un docente. En este caso, ninguno de los dos documentos fueron exigidos por lo que, como explicaron desde la organización del Plan Vacunate! ''Cualquier persona que se hubiera anotado falsamente como docente, si iba ayer al hospital se iba con su vacuna''.
También fue coincidente en todos los testimonios que, pese a que se disponía de un termómetro digital, no se le tomó la temperatura a nadie. Al respecto, una de las docentes consultadas por Código Plural, L.C., señaló ''supe que a nadie le tomaron la fiebre. Te toman la temperatura en los negocios, en el supermercado, y ni hablar en las escuelas, pero en el hospital no la tomaron''
Luego, la enorme demora, en condiciones poco felices: de las docente consultadas, F.A. fue la que menos tiempo tuvo que esperar. En un momento ''ágil'' de la cola, llegó a la inyección a poco menos de cumplirse una hora. Las demás, todas más de una hora, y con testimonios de 2 horas y más: ''Eran las 12 y todavía había gente con turno a las 10 sin vacunarse'', contó L.R. F.A., la afortunada que esperó menos de una hora, contó que habló con una colega que tenía turno para las 10 y fue atendida después de las 12:30. L.C., por su parte, ''una hora y pico''.
La espera fue durísima: en la improvisada recepción les indicaron a los maestros esperar en el patio, y a medida que el mediodía se aproximaba y la temperatura subía, lo que iba decreciendo era la sombra disponible. Eso hizo que al agobiante calor se le sumara el amontonamiento de las personas (que eran muchísimas, porque había gente esperando por vacunas y, por supuesto, otras que estaban por otras cuestiones) en la escasa sombra.
''Yo tenía la experiencia de haber llevado a mi abuela a vacunarse a la Escuela N°2, y la verdad que quedé encantada: la calle estaba cerrada, pude estacionar delante de la escuela, la recibieron, le tomaron la temperatura, y la trataron muy bien. Lógicamente, no esperaba que sucediera lo mismo en el Hospital, porque allí están sucediendo muchas otras cosas aparte de la vacunación, pero tampoco me esperaba con lo que me encontré hoy'' contó P.C., y detalló ''El lugar carecía por completo de cartelería que informara el procedimiento. A las 11 estaba el patio desbordado de gente: además de los docentes que estaban esperando ser vacunados, había lógicamente vecinos esperando ser atendidos por otras cosas. Había una ambulancia estacionada, alguna que otra silla, y los camilleros iban y venían. Sacaron a una mujer en una camilla. Pasaban los carros con la ropa de cama sucia. Vino la camioneta de la lavandería. En un momento estábamos paradas con una compañera y aparece rodando una cofia sucia que le cayó en el pie a ella. Un caos.''
En la misma línea se expresó L.C., una de las docentes que tenía turno originalmente para las 16:00, pero que el lunes a la noche recibió un llamado en el que le informaron que sería imposible vacunarla en ese horario pues ''no iban a estar las chicas que vacunaban''. Esto, aparentemente, por una negativa a pagarles horas extras. Ante la oferta de elegir un horario matutino, L.C. eligió las 10:00 AM: ''La desorganización radicó en juntar a la gente de la tarde con la de la mañana. Era muchísima gente esperando, y se demoraba mucho.'', explicó, y luego agregó: ''como cada vez había más y más gente, nos pidieron que fuéramos al patio. Algunos no querían ir porque no se escuchaba cuando te llamaban. Había gente que estaba desde las 8 y pico o 9 de la mañana y que todavía no habían sido atendidos. En el patio hacía demasiado calor.''
L.R. coincidió con P.C. en que, encima, no había sillas suficientes para sentarse, pero agregó más: tampoco tenían agua: ''A mediodía, en el patio casi no había sombra. Y si queríamos estar en la sombra nos era imposible mantener la distancia social, por lo tanto muchos estuvimos al rayo del sol, sin agua y sin sillas. La verdad que fue un destrato total.''
Por último, los 20/30 minutos de ''reposo'' post vacunación, que no eran controlados por nadie -como sí sucedió en la vacunación en la Escuela N°2-, y que ninguna de ellas cumplió por razones obvias:
P.C. comentó: ''Me aplican la vacuna, y me dicen que debía quedarme 20 minutos. Voy al patio, donde la sombra cada vez se achicaba más, y allí se iba a amontonando la gente. Así que dije ‘’¿qué me voy a quedar acá?’’, agarré y me fui. Me iba a sentir peor por la insolación que por la vacuna''. También aseguró que ''a los compañeros que salieron a pasar los 20 minutos al patio post vacunación nadie salió a verlos y a preguntarles cómo estaban''.
Por su parte, L.C. detalló que ''me dijeron que espere media hora afuera, pero hacía demasiado calor para esperar allí así que me fui a hacer el reposo a mi casa, ya que vivo cerca''. Sin control, sin espacio físico, y con un calor agobiante, cumplir con esos 20 minutos de parate resultó imposible.
¿POR QUÉ EN EL HOSPITAL?
Desde la coordinación del Plan Vacunate! explicaron que la vacunación en el Hospital San José estaba estipulada, y que tiene que ver con una dinámica general, no puntualmente de Campana. El 28 de febrero debían abandonarse las escuelas y pasar a otros lugares. Previendo esto, la Provincia ya le había mandado más dosis a los hospitales, que son los que tienen que hacerse cargo de continuar con el plan de vacunación durante 2 o 3 días hasta que la mudanza se realice por completo, y la logística vuelva a retomar los carriles normales.
Explicaron también que, para mudarse de la Escuela 2 hacia la U.T.N., primero se debieron agotar todas las dosis que había disponibles, porque por una cuestión logística resulta muy complejo moverse de un lado a otro con los freezers con la vacuna, sin que se rompa la cadena de frío. Una vez que los freezers estuvieron vacíos, el traslado pudo realizarse sin inconvenientes.
Entre hoy y mañana, tanto la UTN como el punto IOMA contarán con sus dosis, y el Hospital San José continuará vacunando con las dosis que tiene asignadas. La población en general -en esta fase específica, los adulto mayores de 70 años-, se vacunarán en la U.T.N., y docentes y efectivos de la Policía Bonaerense lo harán en el Punto IOMA.
"ABELLA DESTRATA A LOS DOCENTES''
A través de un comunicado, Suteba Campana se expresó sobre lo sucedido:
Comments