Conociendo al Pucará: breve reseña histórica y operacional del flamante monumento campanense
- Código Plural
- 8 abr 2019
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El viernes se llevó a cabo la inauguración oficial del monumento que rinde homenaje a los Héroes de Malvinas en el Parque Urbano. El ''Pucará'' estuvo en boca de todo Campana, pero es poco lo que sabemos de él. Para desasnarnos un poco, y para dimensionar correctamente la importancia simbólica del emplazamiento de este histórico avión de guerra en nuestra ciudad, Diego Ballini nos cuenta los aspectos más relevantes sobre su historia y sus detalles operacionales y técnicos.

Su nombre formal, “IA 58”, significa Industria Argentina, referencia que utilizaba la fábrica militar de aviones, para los modelos producidos en nuestro país, en una época en que Argentina era pionera y referente regional en cuanto al desarrollo y fabricación de aeronaves.
Nacido en la década del 60, con el propósito de ataque a tierra y lucha contra helicópteros, esta pequeña “Fortaleza” volante (traducción de la palabra quechua “Pucará”) fue de gran utilidad y consideración para sus usuarios debido a la cantidad y variedad de armamento que podía portar, entre ellos, cuatro ametralladoras calibre 7,62 mm, dos cañones de 20 mm, coheteras, bombas de Napalm, lanza granadas, etc.
Veterano de varias batallas, dicho sistema de armas ha prestado servicio no solo para nuestra nación, ya que al día de hoy es la única aeronave de combate que el país ha exportado, operando activamente en las fuerzas aéreas de Uruguay, Colombia y Sri Lanka, con posibilidades finalmente truncadas de incorporarse a varios países más, como, por ejemplo, Paraguay, Brasil, Venezuela e Irak, entre otros.

En la actualidad, la Fuerza Aérea Argentina es el único operador, aunque se evalúa su retiro a corto plazo, sustituyendo su rol con otro avión de diseño nacional, el IA 63 “Pampa”.

Con respecto a su participación en la guerra de Malvinas, y en relación a nuestro héroe local, cabe destacar que el Capitán Fausto Gavazzi no utilizaba la aeronave en cuestión al momento de su paso a la inmortalidad, sino que tripulaba un caza/bombardero de origen estadounidense denominado A-4 B Skyhawk, correspondiente al grupo 5 de caza y ataque de la FAA
Los Pucará operaban desde suelo Malvinense para el Grupo 3 de Ataque de la Fuerza Aérea, gracias a su destacada performance de despegue y aterrizaje en pistas deterioradas y de corto recorrido. Sus atributos de flexibilidad, robustez y poder de fuego quedaron firmemente demostrados en el conflicto, al lograr la única victoria aire-aire de la guerra por parte de nuestro país, al derribar un helicóptero británico, hito que no pudieron alcanzar sistemas de armas más modernos como Mirage, Skyhawk o Super Etendard. Como así también su destacada labor en la batalla de Pradera del Ganso

Para el final del conflicto un puñado de estos aparatos quedaron en manos enemigas, trasladándose el mejor conservado a Inglaterra donde fue restaurado, puesto en funcionamiento y estudiado por autoridades de la Real Fuerza Aérea británica, destacando sus cualidades, y expuesto en el Museo de Cosford como botín de guerra hasta el día de hoy.

Desde hace unos días, en el Parque Urbano de Campana, se encuentra emplazado un verdadero ícono del desarrollo aeronáutico nacional, un avión que supo ganarse el respeto de cuatro naciones en sus casi 50 años de servicio, y que en un futuro nos recordará a los argentinos que, no hace mucho tiempo atrás, supimos diseñar y construir nuestras propias herramientas para la defensa de la soberanía. Como reza Roberto Rimoldi Fraga en su canción Pucará de Malvinas, “Pucará bravío, que allá en el sur te graduaste, el gringo ya se dio cuenta, que significa enfrentarte”

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