El primer cine de Campana y la prehistoria del Mercurio
Hay cosas que parece que siempre fueron y serán. Pensar la Real sin el edificio del Mercurio es como pensar una pizza sin mozzarella, son imágenes mentales inconcebibles, pero bueno, toda construcción implica necesariamente un pasado.
Sucede que la esquina de Luis Costa y la actual Rocca no contuvo en su suelo desde que Dios creó el universo el edificio "del Mercurio", emblemática construcción, que tiene de remate sobre su cúpula una escultura en honor a Mercurio, Dios romano del comercio, histórico "protector" tomado como amuleto de la suerte por los comerciantes. Antes, hubo un cine.
Cuenta Jorge Pedro Fumiere -nuestro prócer de la compilación histórica local- que Pablo Bianchi se encontraba instalado en nuestro pueblo como preceptor en la Escuela nro. 5, y allá en los primeros años del 900, se propuso realizar un emprendimiento inédito en nuestra ciudad-pueblo: abrir un cine.
La aparición del cinematógrafo era cosa bien reciente a nivel mundial: los hermanos Lumière habían realizado la primera proyección pública de cine en Francia para 1895 y rápidamente se había extendido en numerosos países del mundo. Para mediados de 1896 en Buenos Aires se exhibían en el Teatro Odeón imágenes captadas por los propios Lumière.
Volviendo al pago chico, Bianchi se sube a la ola del negocio y abre el primer espacio de proyección de películas en la actual Av. Rocca y Luis Costa, en el edificio donde hoy funciona la actual regalería ''Clandestine'', es decir en el "edificio del Mercurio".
Cliente de ese espacio, en su primera juventud, fue el multifacético Ramón Pereyra, vecino ilustre del Campana antiguo que fue historiador, dirigente político, funcionario público y escritor. Ramón dejó escritas impresiones sobre el local, que no solo era cine sino que funcionaba también como bar.
"El bar de Bianchi -cuenta Pereyra- era frecuentado por toda clase de público, especialmente del frigorífico. El edificio tenía dos entradas, una por Rivadavia y otra por Luis Costa. Bianchi, previsor, había clausurado una adosándole un pequeño tablado destinado a números de varieté, mejor dicho, payadores, cantores o saltimbanquis" con lo cual, vemos que oficiaba como una suerte de teatro.
Siguiendo a Pereyra en una nota de la Defensa Popular leemos "El pequeño proyector trabajaba a unos 12 o 15 metros de la pantalla"... "No se pagaba entrada: únicamente la consumición era obligatoria y ascendía a unos 20 centavos"..."a las 8 de la noche ya estaba lleno el local".
Como se podrá imaginar, las películas eran aún sin voces, y lo que eminentemente se proyectaban eran cortometrajes "algunas de gran fantasía, pero sin ningún significado o argumento" al decir de Pereyra.
A poco de andar, apareció un segundo cine en la Rivadavia, actual Rocca: en el local del actual Palazuelo, uno llamado "Centenario".
El año de cierre del emprendimiento no está del todo claro, lo que sí se sabe es que en algún momento continuó solo como bar, dejando las proyecciones de cine, ya que varias salas comenzaron a funcionar en Campana. Por ejemplo, el Teatro Italia, en funciones desde 1904, había incorporado un proyector para 1910, y junto al Cine Moderno en épocas cercanas, dejaron sin margen de competencia al amigo Bianchi.
Pocos años después, la vieja construcción que había alojado nuestro modesto primer cine -y que según Fumiere había sido levantada en 1877/1876 por orden de dos empleados de los talleres del ferrocarril- fue reemplazada por el edificio que todos conocemos actualmente. Cerca de 1914 se comienza a construir el "edificio del Mercurio" por encargo de Avelino Porto, quien instalaría allí la tienda "La mar", la cual funcionaría varias décadas en nuestro pueblo. Pero eso, ya es otra historia.
Por Joel Vallomy - vallomy@hotmail.com |
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