Festejo por el 133° aniversario de Campana en el Instituto 15
“Una lejana historia colonial: el origen del nombre de Campana” el encuentro tendrá como orador al historiador Oscar Trujillo.
El Instituto 15 organiza un evento en el marco de un nuevo aniversario de la ciudad de Campana, donde se contará el origen del nombre que le dio identidad a la ciudad. Se realizará el jueves 5 de julio a las 18 hr, contará con la presentación histórica de Oscar Trujillo, una exposición del Museo del Anticuario Pedro Gatti y un cierre musical a cargo de Erica y Silvio Volpi.
Oscar Trujillo, será el encargado de llevar adelante el viaje histórico hacia la época colonial para desandar el camino hacia el descubrimiento de porqué Campana se llama así. “Veremos los nombres con que se conoció a la región, hasta llegar al momento en que la estancia fue adquirida por un comerciantes español, Francisco Alvarez Campana”
¿Porqué le habrán puesto Campana?
por Oscar José Trujillo
Cuando en 1875 los hermanos Costa fundan un nuevo pueblo en el territorio del entonces partido de Exaltación de la Cruz, respetan para el mismo el nombre que, desde mucho tiempo atrás servía para denominar a los campos de su estancia loteada: Campana.
El “Rincón de Campana”, había sido adquirido a la sucesión de Ladislao Martínez, y desde sus remotos orígenes conservaba unas dimensiones más que envidiables: más de 5000 hectáreas que lo convertían en la extensión de tierras más extensas del partido, después de la estancia de Areco, antigua propiedad de los jesuitas, y que ya ha sido estudiada por mi colega Sergio Robles.
Los topónimos que identificaron el paraje, fueron variando con el tiempo.
El “socorro de las canoas”, como aparece denominado el actual arroyo de la Cruz, dio nombre al paraje, como se cita en 1635, cuando Sebastián de Orduña y Mondragón solicita al Gobernador Don Pedro Dávila, en donación: “...un pedazo de tierra que está vaca y despoblada, linde con la estancia que al presente tengo poblada en el río y paraje que llaman del Socorro, catorce leguas de esta ciudad...”
En 1716, la viuda de otro de los dueños, Luis del Aguila, menciona en su testamento al campo: “... Una estancia zita en el pago de Luján y Cañada de la Cruz que llaman Hernando Rivera la qual compramos al Capn. Hernando Rivera Mondragón como consta en la escritura que tengo en mi poder ...”, en la que posee mulas, hechores, yeguas, ovejas, una tahona y once esclavos.
En 1767, en una denuncia por transporte ilegal de esclavos, se menciona al puerto como “Puerto de Lómez”, recordando a otro de los propietarios: el Capitán Esteban Lómez.
Y finalmente, en 1759, quien adquiere la estancia es el acaudalado comerciante Francisco Alvarez Campana, uno de los más reconocidos miembros de la élite de mercaderes del Buenos Aires colonial.
Campana tuvo una impresionante y destacada participación social. Declara haber llegado a estas tierras con un cargamento de un millón y medio de pesos –el precio de una casa oscilaba entre los 3 mil y diez mil, y el de un esclavo doscientos- y establece contactos comerciales con todo el virreinato: Lima, Santiago de Chile, Córdoba, etc. Adquiere esta estancia y otros importantes campos en Gualeguaychú y La Matanza. Pone en marcha una “fábrica” de telas que sorprendió a sus contemporáneos. Propone la construcción de un curioso sistema para almacenar el granizo del invierno y la creación de una recova en la Plaza de Mayo, proyecto llevado a cabo tiempo después. En 1755 es nombrado Hermano Mayor de la Hermandad de la Santa Caridad, una cofradía fundada por ricos mercaderes preocupados por las actividades de caridad. Como tal, fundó el Colegio de Niñas Huérfanas, y un Hospital de Mujeres.
Pero como muchos otros ejemplos, Campana cae en desgracia, va preso, sus bienes embargados, y muere aquejado por males que el presidio había agravado.
Desde entonces, el campo y su puerto fueron conocidos como “Rincón de Campana”.
Una curiosidad: En esa larga lista de propietarios, el único interesado por cambiar el nombre que la costumbre había impuesto, fue el Padre Cayetano Escola, que bautiza al lugar “Puerto de San Cayetano”, en honor a su santo. Ni sus contemporáneos lo respetan, y siempre mantuvo el nombre que aún hoy tiene.
El error historiográfico de atribuir el nombre de Campana a Don Joaquín Campana, el protagonista de la asonada del 5 y 6 de Abril de 1811, en vez de relacionarlo con el que fuera su propietario, Don Francisco Alvarez Campana, ya ha sido motivo de un documentado análisis por parte de quien, en esos momentos desempeñaba el cargo de Presidente de la Biblioteca Municipal, Jorge P. Fumiere, en su ya célebre, Alegato " El origen del nombre de la ciudad de Campana." publicado por la Biblioteca Municipal en 1947. Aún así, el error persiste, como lo señala en un reciente e inédito artículo mi amigo Oscar Serrano.
Comments