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Foto del escritorJoel Vallomy

El récord Martín García-Campana, Oscar y un malvado con castigo (por Joel Vallomy)

La vida de Oscar Tors, comienza en Estonia, probablemente en 1916, ya que a su llegada a nuestro pueblo, en octubre de 1931, tenía tan solo 15 años.

El "Mary N." era un vapor que había sido botado en 1909, cuyo nombre original era "Stratholorne", y que para 1930 había sido transferido a la firma griega Demetrios J Pateras.

Por cierto, 15 años era una edad poco habitual para romper récords de natación salvando a nado la distancia que separa la Isla Martín García con el puerto de Campana.


Pero mejor vamos por el principio, porque probablemente usted, que está leyendo, piense que estamos hablando de un joven atleta con ganas de romper alguna marca. La cosa fue bien distinta.


La crónica nos cuenta que Oscar Tors era un muy joven grumete. En cuanto al nombre, no puedo asegurar esté correctamente escrito en la crónica donde encontré el registro de esta historia, que más que historia es un drama. Seamos claros: si en los registros de inmigración argentinos los apellidos extranjeros se "adaptaban" al gusto del amanuense de migraciones que venía a estas playas, cuando el dato era escrito por un periodista para redactar una noticia la cosa incluso podía ser peor.


No hay demasiados datos sobre su vida previa a su llegada a nuestros pagos: se supone huérfano y sin hermanos.


Igual seguimos sin explicar nada. Mejor vamos a Europa, donde nos tenemos que parar en algún puerto, suponemos de Estonia, del que no tenemos el nombre y donde comienza el periplo que llevo a Oscar a nuestro continente.


Por alguna cuestión de espíritu de aventura o de aburrimiento vital, o quizá lisa y llanamente hambre de comida y no de gloria, nuestro protagonista decidió emplearse como grumete en un barco de modestas dimensiones, el “Hulda Thurden”. Hasta ahí, nada extraordinario. Por brutal que nos parezca para los cánones actuales, no era una edad que sorprendiera, pues incluso, había mozos de barco mucho menores.


El “Hulda Thurden”.

Las cosas parece que no iban bien en el buque, ya que según contó Oscar (traductor mediante) los maltratos eran insoportables, así que cuando el barco tocó el puerto de Orán en Argelia, decidió pasarse a otro barco, el "Mary N.".


El "Mary N." era un vapor que había sido botado en 1909, cuyo nombre original era "Stratholorne", y que para 1930 había sido transferido a la firma griega Demetrios J Pateras. La embarcación era capitaneada por el griego Elia Lyras, quien al parecer, de la misma forma que el capitán y el personal del barco anterior, tenía entre ceja y ceja a nuestro buen estonio, quien no soportaba nada bien la situación.


El viaje desde África hasta América debe haber sido claramente largo. Los abusos, brutales. Al parecer, según el relato, hasta la comida se le negaba. Los castigos eran constantes, y las exigencias laborales superiores al resto de sus compañeros.


¿Y el récord Martín García - Campana? Paciencia, yo sé que usted piensa que esto es un clickbait, pero no. Garanto.


Se sabe que el "Mary N.". descargó mercaderías en el puerto de Rosario y de allí enfiló por el Paraná con objeto de ganar el estuario del Río de la Plata para viajar nuevamente a África, esta vez al puerto de San Vicente.


No quedó claro si fue un instinto suicida. Tampoco si fue realmente meditado. Lo concreto es que en la noche del 12 de octubre del '31 Oscar se tiro por la borda a altura de la Isla Martín García.


El sentido común nos inspiraría a pensar que podría haber nadado hacia la Isla o hacia la costa uruguaya: recordemos que era de noche. De haberlo hecho probablemente el recibimiento no hubiese sido tan amable como en Campana: en Martín García estaba detenido el derrocado Hipólito Yrigoyen, en ese momento prisionero del régimen golpista que lo había derrocado en 1930.


Oscar dice que desde el agua divisó unas luces, las cuales siguió y terminaron siendo de otras embarcaciones.

El punto es que Oscar siguió nadando. Nadando hasta Campana, rompiendo un récord de angustia, tal como ilustra la nota, donde fue rescatado por las autoridades de la prefectura local.

Y la historia fue tan llamativa que fue de interés periodístico.


Ok, ya sé, muchos pensaran: sí claro, ¿nadó corriente en contra y hasta Campana sin parar? o...¿Por qué Campana y no otro lugar? ¿No vio una sola persona, un solo bote, un solo barco?

Página 6 de la edición del sábado 17 de octubre de 1931 del diario ''Jornada''.

Mi respuesta será: ¡Que se yo! Será que en la ida para Rosario le pareció bonito el puerto. Tampoco me suena que haya nadado sin parar todo el tiempo. Quizá no lo hizo tampoco. Probablemente haya descansado en la costa y haya seguido nadando.


De todos, no era una competencia y no lo tenemos a mano a Oscar para preguntarle.


Quien escribe gusta de intentar encontrar descendientes de los protagonistas de los textos en los que interviene. No logré dar con nadie. Probablemente, tal como puse más arriba, ese apellido no es tal, o quizá, Oscar se volvió para Estonia en el primer barco que salió de la zona.


Obviamente el capitan Elia Lyras tuvo que presentar informes: dijo que Oscar se cayó mientras pintaba el buque. Jodido a más no poder.

Con respecto al barco que ofició de lugar de sufrimiento, su final no fue grato, ya con el nombre de "Aghia Eirini", terminó encallando cuando viajaba de Cardiff a Buenos Aires con un cargamento de carbón.


¿Y el malvado con castigo?


Aca va. El capitán del del "Mary N.", el griego Elia Lyras, aquel que castigó, privó de alimentos, y abusó de Oscar, terminó capitaneando en plena segunda guerra mundial el "Adelfotis", un barco mercante, con tanta suerte que fue tomado prisionero por un submarino alemán que había atacado el barco.


El submarino era el "U-182", el cual a su vez sería hundido en combate por el barco Estadounidense "USS MacKenzie" en mayo de 1943, con toda tripulación, incluido sus prisioneros, entre los que aún estaba el capitán Elia Lyras.

El barco Estadounidense "USS MacKenzie".

Mientras escribo esto y voy cerrando el texto me pongo a pensar que podría haber sido un hermoso giro novelesco que Oscar se haya enlistado en la marina de Guerra Norteamericana, y haya sido quien lanzó la cargas explosivas con el "U-182", pero como la vida dista siempre de las novelas y sus finales totalmente redondos, voy omitir buscar la lista de personal del buque para ahorrarme el inevitable desengaño y que el destino de nuestro estonio quede en la imaginación de cada uno de nosotros.

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