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Foto del escritorCódigo Plural

El outlet de alimentos vencidos en el que compran miles de personas para subsistir

[NOTA ORIGINAL - TN.com.ar] Está ubicado en el partido de San Martín y funciona los domingos. El informe de Telenoche.

La inflación interanual de la Argentina de acuerdo a las estadísticas del INDEC está cerca del 31 por ciento. Con esos valores, la cruda realidad pega cada vez más. En el partido de San Martín surgió una manera diferente de vender en una feria. A los productos de terceras marcas se le sumaron algunos de otra categoría: los productos vencidos, en especial los alimentos.


Este outlet de San Martín funciona los domingos de 8 a 13, custodiado en forma habitual por al menos ocho móviles de la Policía Bonaerense. A lo largo de la calle, cientos de puesteros montan sus stands para ofrecer todo tipo de productos: ropa, electrodomésticos viejos, juguetes, comida no perecedera y productos alimenticios frescos.


Martín Ciccioli lo recorrió con un equipo de Telenoche para conocer las historias de los feriantes, los comerciantes y quienes llegan hasta ahí para poder subsistir. "De a poco se vende. Acá no se maneja el ajuste. La inflación va en una Ferrari y vos vas en un Fiat 600", comentó uno de los vendedores de miel de la zona.

El público que va hasta allí busca precios baratos. "Si sale 50 en el súper del chino, acá lo consigo a 30 pesos", comentó una vecina. "Hay mucha diferencia. Están 50 por ciento más barato en algunos casos", dijo uno de los feriantes. El hombre hizo una salvedad. Para él los únicos productos que no se deberían vender son los alimentos vencidos porque "pueden jugar con la salud de la gente".


Sin embargo, cientos de puesteros lo hacen. Cuando el periodista hablaba con uno de ellos, varios se ofuscaron por su presencia. Incluso una mujer lo increpó. "A vos no te quieren. Con respeto te digo: no vengas. Es corta la bocha. Agarrá las cámaras compadre y tomate el palo", lanzó en forma violenta uno de los comerciantes. Muchos de los que rodearon al periodista son quienes les cobran a cada uno de los vendedores una "cuota" por permanecer allí con un puesto.


La tensión pasó y Ciccioli volvió a hablar con varias de las clientas y vendedoras. Una mujer, a la que se notó conmovida, contó que ella intenta llevar "un mango más a la casa" porque cuando era chica se crió "comiendo de la basura". "Para mí era natural, pero yo no quiero eso para mis hijos. Me rompo el alma para ellos, que van a la facultad. No quiero que se vayan de este país. Si quieren un mejor futuro se tienen que ir de este país de mierda", cerró, con lágrimas en los ojos.


Mirá el informe a continuación:

 

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