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Por un fútbol femenino profesional

Hace pocos días comenzó una fuerte movida pidiendo la profesionalización del fútbol femenino. La iniciativa la tuvo Macarena Sánchez, una de las jugadoras del UAI Urquiza quien íntimó legalmente al club y a la AFA para que la reconozcan como profesional. El problema principal radica en que el ente regulador del fútbol en Argentina no las reconoce, pero el pedido se instaló, y al parecer el fútbol no va a quedar exento de la revolución feminista. Sobre este tema hablamos con Fanny Pappariello, jugadora de la primera división de AFA, oriunda de Campana.


Fútbol y fútbol femenino, la división que existe dentro de un mismo mundo parece marcar desde el comienzo la desigualdad que existe entre los hombres y las mujeres que practican ese deporte. Las situaciones a las que son expuestas las futbolistas vienen haciéndose más visibles en este último tiempo, y no hay dudas de que el movimiento feminista es la base de la visibilización de los reclamos. En los últimos días comenzó a resonar fuerte el pedido de profesionalización de las jugadoras, lo que implicaría además que el fútbol femenino achique la enorme brecha con el practicado por hombres.

Macarena Sánchez era hasta hace pocas semanas una jugadora más de fútbol, pero se transformó en una de las abanderadas de este reclamo. Luego de ser desafectada del UAI Urquiza en la mitad del torneo, y sin poder sumarse a otro equipo hasta el fin del campeonato por limitaciones reglamentarias, le envió una intimación legal a su ex club pidiendo "la regularización de la relación laboral como futbolista profesional", y a la Asociación de Fútbol Argentino solicitando "el cese de su inacción y la consecuente intimación a la entidad deportiva a los fines de regularizar la situación laboral".


El principal problema radica en que desde AFA no se contempla a las futbolistas como profesionales, y si bien se les exige a los clubes que cumplan con ciertos requisitos para poder disputar los partidos del torneo, ninguno de ellos implica un respaldo hacia las deportistas. En los clubes la situación es similar: las futbolistas no cobran sueldo, en el mejor de los casos se les paga viáticos y, en el peor, ellas mismas deben abonar una cuota mensual para solventar su participación en el campeonato.


La mayor diferencia con el fútbol masculino se basa en la relación laboral. Es que el contrato de trabajo que es inexistente en los equipos de mujeres. Esto fue lo que desencadenó el pedido de Macarena que, como no hay un acuerdo escrito, las deportistas deben inscribirse con una ficha. Esto provoca que hasta que finalice el torneo ella no pueda sumarse a otro equipo, algo que la excluye totalmente.


Para interiorizarnos más sobre las carencias que viven las deportistas y la desigualdad que deben atravesar para poder jugar cada fin de semana dialogamos con la campanense Fanny Papariello, que actualmente juega en la primera división del equipo de la UBA en el torneo A de AFA y también formó parte del plantel de Puerto Nuevo hace algunos años.


“Yo empecé a jugar fútbol once en Puerto nuevo, jugué un año más o menos ahí y fue cuando más note las desigualdades que hay en el fútbol femenino, igualmente yo cuando empecé sabía que no existen las mismas oportunidades que el masculino. Ya vas sabiendo que para entrenar vas a tener poco material, horarios que chocan con la escuela o el trabajo, incluso cuando yo quise empezar tenía que dejar la escuela así que primero termine la escuela y después empece a jugar. Cuando vas ya de antemano sabes que arrancas menos veinte puntos en comparación con los hombres.

Cuando empezás a jugar te vas dando cuenta que es mucho peor de lo que imaginabas, uno de las cosas más serias es que te piden todos los estudios médicos pero nadie te los controla, AFA no lo regula, no hay un departamento médico que lo vea. Entonces estamos en riesgo porque si estamos jugando y nos pasa algo, ¿quien se hace cargo?.


También el dinero porque muchas veces ponemos plata para pagar la ambulancia de alta complejidad, que tiene que estar en la cancha para jugar un partido pero el club no lo puede pagar y si no tenes no podes jugar. La policía lo mismo, teníamos pagar nosotras, tirarle unos pesos para que vaya a cuidar así el árbitro te deje jugar. Era todo así, todo “por izquierda”. En muchos casos nosotras pagamos para jugar, la UBA hacemos un fondo común, y de ahí sacamos para hacernos la indumentaria, pagar el transporte porque a veces jugamos en La Plata y hay que pagar la traffic para ir todas.


En los cuerpos técnicos también, no tenemos médico, no tenemos nutricionista, no tenemos kinesiologo. Si te lesionas y no tienes una obras social propia, el club no te brinda asistencia y AFA no se hace cargo, tenes que hacer todo mediante atención pública. Si te rompés un ligamento y no tenes obra social, vas a un centro de salud pública y una operación te puede demorar entre tres y cuatro meses.


También llueve un fin de semana, la cancha no está en condiciones y te hacen jugar días de semana, te ponen por ejemplo un partido a las 15 hrs en Ezeiza (donde hace de local River) y vos tenés que estar haciendo malabares con la facultad, con el trabajo, las chicas que tienen hijos dejándolos con algún familiar y ahí perdés la esencia del partido. Este año nos pasó de jugar contra Excursionistas y que los dos equipos tengan a la mitad de las jugadoras o estudiando, o trabajando o haciendo otras cosas y que por eso no puedan ir a jugar y eso hace que se pierda la esencia porque juega un equipo que no es el titular.

Tenemos desigualdades en cualquier punto que elijas, siempre la mujer y el fútbol femenino está muy por debajo de lo que es el masculino.

Igualmente el tema es mucho más que fútbol femenino y fútbol masculino, el ente regulador del fútbol argentino es nefasto, carece de sensibilidad, carece de transparencia, de buena gestión. Siempre los protegidos son los más grandes, sin desprestigiar el trabajo de esos equipos, pero cuando juegas en equipos amateurs salir desfavorecido. Yo considero que las cosas tienen que cambiar desde AFA, tiene que cambiar la gente que la maneja y se que es muy difícil pero debe haber un cambio radical. Gente con nuevos valores, nuevos pensamientos y nuevas ideologías que igualen las condiciones entre hombres y mujeres porque desde AFA nos exigen mucho pero no te dan nada y esto tiene que ser reciproco así nos ayudan a crecer.


Los reclamos son cada vez más, las mujeres en la sociedad con los movimientos feministas alzan cada día más la voz para que el reclamo llegue a donde tenga que llegar, a los oídos de la gente,de los políticos, de las entidades públicas y privadas. Yo creo que son más escuchadas, pasa que falta que alguien tome las riendas de esto .Es una marea, como la marea verde por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, y lo que paso con Macarena Sánchez es el puntapié inicial para que se haga algo, el fútbol femenino tiene que ser profesional, tiene que ser legítimo y tiene que ser feminista”.


Este año se disputará el Mundial de Fútbol Femenino en Francia, la Selección Argentina logró la clasificación y, luego de muchos reclamos, parece que desde AFA comenzaron a darle al equipo las comodidades necesarias para poder prepararse y entrenar acorde al nivel de competición en el que se van a medir. Está es además una oportunidad única para mostrar la versión femenina del deporte que mueve pasiones en nuestro país, quien sabe quizás así como tantos niños quieren ser Messi, muchas niñas comienzan a identificarse con Florencia Bonsegundo o Estefanía Banini.

La Seleccion Argentina en uno de los reclamos a AFA, pidiendo que las escuchen en medio de la Copa America

El pedido de Macarena Sánchez puede dar inicio al camino de la profesionalización, donde todas las mujeres que quieran jugar al fútbol puedan hacer un camino de desarrollo similar al de otras futbolistas en países donde sí reconocen al fútbol femenino como profesional o como sus pares hombres en la Argentina.


Ayer en su cuenta de Twitter, Macarena realizo un "hilo" donde muchas jugadoras pudieron expresar cuales son las situaciones que deben vivir para poder jugar.


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