Renacer luego de un femicidio
Actualizado: 17 abr 2018
Amigas y familiares de victimas de femicidio transformaron el dolor en lucha y se organizaron para tomar las calles. Evitar que le pase a otras, una nueva forma de vivir el duelo.
Como rearmarse luego de una muerte es uno de los hechos más estudiados por la psicología, lo denominan el duelo y explican que son diferentes etapas que atraviesa el ser humano para lograr transformar el dolor. Los femicidios son muertes violentas y repentinas, quizás por eso duelan mucho más, en esta búsqueda de cómo atravesar el duelo familiares y amigas de mujeres asesinadas transformaron el dolor en acción. Lejos de esconderse salieron a la calle a luchar para que no vuelva a pasarle a otra persona lo mismo, para mantener vivo el recuerdo y armarse frente al patriarcado que no para de llevarse pibas.
Atravesados por el femicidio es una organización de familiares y amigos de mujeres que fueron asesinadas, en un comienzo funcionaban como colaboradores en el Consejo Nacional de la Mujer, pero luego de su disolución y con la creación del Instituto Nacional de la Mujer (INAM) decidieron abrirse ya que entendieron que el Estado no ayudaba como debía. Brindan asesoramiento y contención a familiares de víctimas desde la experiencia propia, para evitar que se comentan los mismos errores.
En los días previos al 2 de abril cuando se cumplia un año de sus asesinato, la familia de Araceli Fulles organizó un marcha exigiendo justicia. Su mamá habló con Anred y dijo “Quiero que luchen porque ella ya no tiene voz para defenderse. Hay que mantenerse en pie y seguir luchando”. Con un consigna parecida las amigas de Lola Chomnalez, la adolescente asesinada en la localidad uruguaya Barra de Valizas, se pronunciaron previo al 8M sobre el feminismo y la necesidad de salir a las calles a marchar por Lola y por todas.
En Concepción del Uruguay está la agrupación Micaela García que fue creada por amigas y compañeros de militancia de la joven luego de su asesinato, brindan apoyo escolar, merendero, grupos de rehabilitación por adicciones, talleres en oficio, entre otros, en los barrios de la ciudad. También tienen un fuerte compromiso contra la violencia de género y buscan replicar el mensaje a zonas carenciadas donde quizás no tienen suficiente conciencia.
Todos coinciden en los mismos puntos, lejos de ser mártires o hacer un trabajo utópico lo que quieren es compromiso del Estado para que deje de pasar, que se implementen políticas públicas de prevención y de protección. El objetivo es un intento serio de cambiar ideales sociales atroces que se fueron naturalizando, correr el eje de la discusión, instaurar un cambio de paradigma. Lo que se busca, en definitiva, es un compromiso político y ciudadano, educar en la igualdad y renovar la capacidad de respeto por la vida de todos.
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