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Una mesa sin patas: Abella y su respuesta al dengue (por Leonardo Midón)

Es indiscutible que los cambios en distintas condiciones (como las climáticas, habitacionales, etc.) hacen que los comportamientos de algunas patologías vinculadas a vectores (como los mosquitos), indefectiblemente muten.


En el caso del dengue, deberíamos empezar a asumir que es una patología que ya no se va a expresar exclusivamente en las provincias en donde es endémica sino que, además, ha migrado y se ha instalado en nuestra provincia. Ya debemos asumir los bonaerenses (y sobre todo aquellos que deben tomar decisiones de gobierno) que este también es un problema de todos y todas.


Atendiendo a las recomendaciones establecidas por los distintos Ministerios de Salud de diversas regiones, sobre todo de aquellas que tienen basta experiencia en el abordaje de estas patologías, debemos asumir que la intervención mas efectiva es la prevención, y que por las características propias de los vectores (que hay que decirlo, es un mosquito prácticamente domiciliario) la intervención debe ser comunitaria. Así, resulta fundamental trabajar en articulación con los diversos actores locales y regionales, a fin de desarrollar en conjunto actividades que permitan sensibilizar y facilitar las labores de descacharrado y reconocimiento de posibles criaderos, tanto por parte de la población general como por parte de las instituciones y organizaciones del territorio. Asimismo es crucial informar de forma oportuna y clara sobre las acciones de bloqueo en situación de casos sospechosos, su importancia y su especificidad, y las precauciones a considerar en torno al uso de repelentes. Seamos claros: no hay prevención del dengue sin participación social.


En función de poder cumplir con esto, es que debemos atender a la premisa de actuar antes que la curva de contagios por la picadura de los mosquitos comience a elevarse, que va en forma paralela al comienzo de los días mas cálidos y se extiende a lo largo de varios meses. Es por ello que las recomendaciones son muy claras en este sentido: actuar antes, actuar preventivamente, actuar fuertemente durante los meses de invierno para disminuir el impacto negativo y atenuar los efectos del dengue en nuestras comunidades.


En ese sentido solicitamos la conformación de una “Mesa de Prevención y Abordaje Territorial del Dengue, encefalitis equina y otros arbovirus” ya en Enero de este año. Una mesa coordinada y dirigida por el ejecutivo municipal pero con amplia participación comunitaria: vecinos y vecinas, cruz roja, agrupaciones políticas, sociedades de fomento, profesionales y promotores de la salud.


Asumimos que tenemos una situación en nuestra ciudad que necesita del compromiso y la acción de todos los actores sociales que puedan colaborar para que la calidad de vida de los vecinos y vecinas sea mejor. Y así como asumimos dicha problemática es que comenzamos a pedir al Ejecutivo municipal que sea tenido esto en cuenta.


A pesar de recibir negativas constantes, a pesar de que fue mayor el esfuerzo de la gestión por ocultar los casos locales que en definir políticas publicas efectivas es que también definimos sostener el pedido de esta mesa ante cada autoridad que quiera escucharnos. Logramos así viabilizar un pedido al ejecutivo en este sentido, con el tácito compromiso de que esta mesa se materialice ante la voluntad de la mayoría oficialista que reina en este Honorable Concejo Deliberante de acompañar nuestra iniciativa.


También fuimos claros cuando propusimos este trabajo. Estamos en este momento cursando la semana epidemiológica 34, y la curva de contagios se comienza a elevar alrededor de la semana 47. Y no hay tiempo para especulaciones si realmente hay interés en poder llevar adelante este tipo de acciones preventivas. Los contagios, le guste o no a Sebastián Abella, no entienden eso del "sentido de la oportunidad".


Estamos muy preocupados ante una nueva oportunidad perdida de actuar efectivamente en acciones preventivas y positivas para nuestra ciudad, articulando los distintos sectores. Preocupados por una gestión que no acepta propuestas de quien no pertenezca a su seno mas intimo, que no acepta las críticas que puedan llegar a aportar desde otra mirada situaciones que no son tenidas en cuenta. Un intendente que, como él mismo declarara en medios locales, no va a escuchar a la oposición porque entiende que esto es un River-Boca. Un error garrafal.

Pero por sobre todas las cosas, lo que mas nos preocupa es que, todos, absolutamente todos los errores cometidos por esta gestión van a terminar siendo cobrados a los propios vecinos de nuestra ciudad. Y si como en este caso, estamos hablando de salud, los errores le pese a quien le pese, se pagan con vidas.

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